Los días 16 y 17 de marzo último, en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, en Pachuca de Soto, Hidalgo, se llevó a cabo el Foro Internacional para la Evaluación y Acreditación de la Educación Superior, convocado por la Subsecretaría de Educación Superior, la propia Universidad de Hidalgo y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, con la participación de especialistas provenientes de 9 países, de Norteamérica, Europa y América Latina y de México.
Si bien el Foro comprendió los ejes “Estrategias para lograr las Metas de Calidad en educación superior” y “Modelos, Criterios e Indicadores de Evaluación”, fundamentales para abordar este tema, la discusión más relevante giró en torno de la “Creación del Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior”, en razón de que la génesis de ese Sistema ha sido establecida como una acción estratégica del Programa Sectorial de Educación 2013-2018 y constituye un proyecto clave para el logro de la calidad en la Agenda SEP-ANUIES para el Desarrollo de la Educación Superior.
Es por esa razón que a lo largo del año 2016, la Subsecretaría de Educación Superior convocó a diversas organizaciones a varias reuniones de trabajo donde se discutió sobre las particularidades en la constitución de ese Sistema y acerca de la necesidad de abrir espacios para tener una discusión más amplia con expertos internacionales a fin de analizar y consensuar los detalles para su organización y funcionamiento. En esas reuniones han participado diversos actores como el CENEVAL, el COPAES, los CIEES, el CONACYT, la ANUIES y la FIMPES, entre otras organizaciones, avanzando en la definición de los retos actuales de la calidad de la educación superior y en la necesidad de regular y armonizar desde un organismo nacional los procesos de evaluación y acreditación, en el cual participen los distintos actores involucrados.
A través de conferencias magistrales, paneles de discusión y talleres que tuvieron lugar durante el Foro, se conocieron las experiencias de los organismos de evaluación y acreditación de México, Francia, Lituania, Estados Unidos de América, Colombia, Argentina y Uruguay, así como de organismos regionales de la Unión Europea, Centroamérica y del Sistema Arcu-Sur, con la participación de más de 200 especialistas.
En una primicia que recoge de manera sucinta algunas de las conclusiones del Foro, se observa la existencia de consensos sobre la necesidad de constituir ese Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación que dé garantía pública de calidad a la educación superior que se imparte en México. Eso significa desarrollar un sistema que, en principio, responda a la diversidad del conjunto de instituciones de educación superior de nuestro país, pero que también genere modelos de evaluación y de acreditación lo suficientemente universales y confiables para hacer equiparables sus resultados con los organismos de otros países y regiones.
En el curso de la presentación de las experiencias internacionales y de las discusiones que se derivaron, se fueron configurando un par de dilemas. El primero, trató sobre la naturaleza de la evaluación: ¿debe ser ésta obligatoria o voluntaria?; y el segundo, sobre el estatuto del Sistema Nacional: ¿debe ser un organismo gubernamental o un ente autónomo e independiente?
Respecto del primero, en México la Ley no prevé la obligatoriedad de la evaluación por el delicado tema de la autonomía de las universidades. No obstante, a la luz de la experiencia de evaluación de los últimos 25 años, las universidades a las que la Ley otorga autonomía son precisamente las instituciones más frecuente y mejor evaluadas del conjunto de instituciones del país; mientras que las que están sujetas a la regulación de los gobiernos (federal y estatales), no han demostrado interés en ofrecer garantía de calidad de sus programas. Es así que en el transcurso de un cuarto de siglo, el conjunto de organizaciones evaluadoras y acreditadoras sólo han evaluado en México unos 8 mil programas educativos, de más de 30 mil programas de Técnico Superior Universitario y Licenciatura vigentes, en alrededor de 350 de un total de 3 mil 700 IES existentes.
En relación con el segundo dilema, la experiencia mexicana sólo ha conocido la vía de las asociaciones no gubernamentales de evaluación y acreditación, aunque la educación superior es formalmente reconocida como un bien público, responsabilidad del Estado. No obstante, los resultados que hoy tenemos, donde poco más de la mitad de la comunidad estudiantil de educación superior del país estudia en programas que no cuentan con garantía pública de calidad, urge asumir decisiones, consensuadas entre todos los actores y con la firme conducción de las autoridades, que permitan regular, articular y dinamizar, desde un organismo o una agencia nacional de coordinación, las capacidades existentes de evaluación para continuar avanzando en el logro de una educación de alta calidad para todos.
Dr. Roberto Villers Aispuro | Director General Académico de la ANUIES
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